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El Challenge
Nuestro reto ha sido crear un proyecto de cosmética disruptivo, contemporáneo e innovador donde la comunidad fuera la conductora del discurso de la marca y que transmitiera los valores esenciales de la compañía: honestidad, sostenibilidad y transparencia.
Beauty should look like happiness.
Recogimos el reto de establecer el mensaje de las consumidoras como voz principal de la marca y desarrollamos el logotipo huyendo de la perfección impostada tan común en las marcas de belleza. Por ello, le dimos peso a lo diferente creando un logotipo desigual para transmitir ese valor tan importante para la marca por aquello que es diferente.
Decidimos trasladar la frescura de la identidad de marca al packaging, elaborando una gama cromática con mucha personalidad y una estética minimalista. Establecimos un color a cada categoría de producto para poder, de un simple vistazo, reconocer el tipo de producto del que se trata.
Una marca que cuestiona la industria.
El lenguaje importa y la manera de contarlo también. Siguiendo el reto de establecer las inquietudes, necesidades y testimonios de las consumidoras como voz principal de la marca, la identidad visual creada para las diferentes piezas utiliza un lenguaje en el que cuestiona la industria de la belleza rompiendo con el tono y la forma en la que otras marcas suelen articularse. El objetivo era empoderar a la comunidad generando un debate plural sobre el concepto de belleza y cosmética.
